Conóceme

Desde pequeña, siempre he querido ser psicóloga. Supongo que algo en mi historia ya me empujaba hacia este mundo… mis propias heridas, mis preguntas, el cuestionar todo, mis ganas -y necesidad- de entender. Siempre he sido muy curiosa, me encanta observar, escuchar, fijarme en los detalles.

Con el tiempo, entendí que esa forma de estar —tranquila, atenta, sensible— era también una manera de cuidar. Y decidí formarme para acompañar a otras personas desde ahí, desde ese respeto profundo por lo que cada una vive y es.

Estudié Psicología en la Universidad del País Vasco, y desde entonces no he parado de formarme. Más que por obligación, por placer. Tener la oportunidad de hacer parte de mis estudios en Argentina, y descubrir allí el mundo del apego, hizo que me enamorara más de la psicología.

He hecho un máster en Psicoterapia Integradora, y me he especializado en trauma, apego y psicología perinatal. También estoy formándome en psicoterapia infanto-juvenil porque siento que cada etapa necesita una mirada distinta, y todas me parecen importantes.

Hoy acompaño a personas en procesos muy distintos: ansiedad, autoestima, trastornos de la conducta alimentaria, imagen corporal, vínculos/relaciones, maternidad… Siempre desde un enfoque integrador, teniendo en cuenta no solo la mente, sino también el cuerpo, las emociones, la historia de vida.

En las sesiones intento crear un espacio seguro, donde se pueda respirar, bajar la guardia y simplemente ser. Me gusta estar ahí como compañera, no como alguien que tiene todas las respuestas, sino como alguien que camina al lado.